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domingo, 4 de octubre de 2015

El sueño de una pesadilla

Y de repente todo se desata. Una erupción solar incontrolable por una fuerza finita que no ha tenido tiempo de reacción, el caos se abre camino y nada puede impedírselo, consumirá la esencia de la vida y dará caza a las almas etéreas como cañas de bambú ante un tifón que las acecha. Se creara un arrebol eterno que arropara  al mundo con su espantosa hermosura, una belleza inefable por ninguna lengua, un estado de limerencia que consumirá la razón de los hombre, dando paso a sus instintos más primitivos...a sus instintos más puros, la humanidad perderá la lengua y los dientes, jamas podremos volver a hablar con elocuencia, la luz inundara nuestras pupilas y nunca mas volveremos a ver la noche, todo lo tangible se hará ceniza al mas mínimo roce con lo que un día fue la piel en la que nos escondimos y ocultamos un asustadizo recuerdo de lucidez mental que nos permitía llamar a nuestra existencia vida. Hemos cambiado el sonido de la risa por el llanto, el de la dicha por la desesperación...todo lo melifluo se ha vuelto ominoso.
¿Los escuchas? Los gritos del fuego, que no cesan. Se manifiestan en forma de llamas que todo lo cubren, proporcionándonos un momento de sorpresiva revelación del dolor.
Los astros nos han traicionado, el universo nos ha fallado. Se han tornado los ciclos, convirtiendo a la mariposa en gusano y al nacimiento en muerte. Nada crecerá de nuevo, pues la vida tan poderosa como es no puede hacer frente al poder de una estrella, una estrella capaz de crear una belleza inmarcesible ante nada que no sea su propia furia. Una furia desmesurada, que consume lunas y evapora océanos en segundos. Un poder capaz de desatar al caos, de liberar al destructor de mundos, al recolector de sueños y encargado de convertirlos en pesadillas. Al  causante de la muerte de una semilla de esperanza que nunca germinará.